Cuando pensamos en la interrupción voluntaria del embarazo, una de las preguntas más habituales que surgen tiene que ver con las consecuencias físicas del aborto. Por ello siempre debemos recordar que no existe ningún tipo de evidencia científica que avale este tipo de consecuencias como características inherentes a este tipo de intervenciones.
Si aborto, ¿mi cuerpo puede sufrir consecuencias?
Cuando pensamos en la interrupción voluntaria del embarazo, una de las preguntas más habituales que surgen tiene que ver con las consecuencias físicas del aborto. Por ello siempre debemos recordar que no existe ningún tipo de evidencia científica que avale este tipo de consecuencias como características inherentes a este tipo de intervenciones. De hecho, la Organización Mundial de la Salud, entre otras agencias sanitarias, publican de forma insistente como los abortos legales, seguros, confidenciales y practicados por personal profesional entrenado para ello no suponen ningún tipo de consecuencia física y contribuyen al bienestar y la capacidad de decisión de las mujeres y personas que eligen hacerlo.
¿Por qué dicen que abortar puede tener consecuencias físicas?
La idea de las posibles consecuencias negativas que un aborto tiene en el cuerpo de una mujer surge de los tabús y mitos que alimentan el heteropatriarcado. A a veces se vinculan a los insoportables dolores después de un aborto, a veces al castigo de la infertilidad o a no recuperar las relaciones sexuales positivas, entre otras. Todo ello es incierto y surge de un imaginario que hay que destruir para difundir la información correcta, contrastada y adaptada que suponga el impulso de la agencia de las mujeres en la toma de decisiones. Puedes consultar más información sobre cómo funciona la intervención del aborto.